Ir al contenido principal

Activista mexicana critica trato a indígenas en proyecto hidroeléctrico Diquís

Escrito por Vinicio Chacón 
(vinicio.chacon@ucr.ac.cr) 
Semanario Universidad
Miércoles, 25 de Julio de 2012
La “privatización del sector energético” y sus consecuencias para las poblaciones indígenas fue una de las similitudes que encontró con su país la activista mexicana Ana María García, quien al visitar Costa Rica analizó las realidades que en materia energética enfrentan ambas naciones. Su presencia aquí obedeció a su participación en el encuentro “Compartiendo resistencia, autonomía y esperanza”, el cual reunió a indígenas de Oaxaca (México) y del sur de Costa Rica.

La actividad fue organizada por la Asociación de Iniciativas Populares Ditsö con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo. En ese marco, indígenas del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER) y de la organización Servicios para una Educación Alternativa (EDUCA) —ambas de Oaxaca— recorrieron los territorios indígenas Térraba, Cabagra y La Casona, donde compartieron experiencias sobre la instalación de grandes proyectos hidroeléctricos en sus tierras.

En el ámbito internacional, no son pocos los ejemplos de proyectos de este tipo, que implican la inundación de territorios indígenas y el desplazamiento de las comunidades. En estos momentos, en Brasil se construye la represa Belo Monte, la cual afectará a pueblos indígenas amazónicos y algunas fuentes cifran hasta en 50 000 la cantidad de personas que serán desplazadas por el megaproyecto.

Otro caso es el de la empresa española Endesa en Chile, que presentó un proyecto hidroeléctrico denominado Central Hidroeléctrica Neltume, ubicado en la región de los lagos Pirehueico y Neltume (provincia de Valdivia) y que afecta a las comunidades indígenas Inalafquen, Juan Quintuman  y Valeriano Cayicul.

En la misma Oaxaca, hace 40 años la instalación de represas significó el desplazamiento de 40 000 personas y  parte de la población indígena se negó a dejar su territorio tradicional, por lo que  murió ahogada.
García trabaja con EDUCA, organización que asesora al COPUDEVER, el cual agrupa a representantes de diversas comunidades indígenas.

Tras su visita a varias comunidades indígenas costarricenses, ¿qué impresión le dejó la  situación que atraviesan y qué similitudes encontró con la realidad de las comunidades de Oaxaca?

—Nos ha impactado especialmente el racismo. Es evidente: hay un discurso expresado entre indígenas y “blancos”; un racismo interiorizado a ambos lados. En el caso de México es más encubierto; aquí es frontal.
Una similitud es la privatización del sector energético. Costa Rica está en vías de privatizarlo totalmente y México también. Nos informaron sobre un esquema de cooperativas productoras de energía, pero ya también hay contratos directos con empresas. Esos son dos mecanismos claros de privatización.

La gran diferencia es el tipo de propiedad y tenencia de la tierra. En México, la legislación aún ofrece cierto nivel de protección; aquí no lo veo tan claro. Me costó entender cómo tienen la posesión de la tierra, pero en muchos casos no cuentan con título de propiedad ni con los mecanismos legales para su defensa.
En ambos casos, son los propios pueblos los que asumen la defensa de su territorio, por medio de una apropiación cultural. A partir de la identidad —de decir “yo soy térraba” o “yo soy mixteco”—, se defiende el territorio, entendido como la población y todo su entorno. Ambos movimientos se encuentran en esa demanda del derecho a la tierra.

Creo que en Costa Rica los térrabas enfrentan condiciones políticas y sociales más adversas. En México, con todo lo que ha pasado hay una solidaridad un poco más fuerte y evidente hacia estos movimientos. A pesar de que el Estado es eminentemente represor, hemos alcanzado un nivel de mayor cobertura del movimiento. Los compañeros del Frente de Térraba han logrado una gran incidencia en el ámbito internacional, lo cual les ayuda mucho.

¿Cómo es el panorama social actual para las comunidades indígenas en Oaxaca? 

—En Oaxaca, convivimos 16 pueblos indígenas, mayoritariamente mixtecos y zapotecos.  Históricamente, siempre ha sido un lugar de marginación y pobreza; es un problema estructural muy fuerte y una deuda histórica con los pueblos indígenas.

Han surgido con mucha fuerza movimientos de defensa del territorio en casi todas las regiones del Estado, contra las concesiones de minería a cielo abierto y los proyectos hidroeléctricos. Las concesiones mineras son para extraer oro, plata, cinc o aluminio, y casi el 90% del Estado está concesionado  a empresas canadienses.

Estos movimientos de defensa territorial se ubican en la región del istmo de Tehuantepec, donde también se lucha contra los monopolios españoles de producción de energía, a través de los parques eólicos. En la costa, está la defensa contra el proyecto hidroeléctrico Paso de la Reina y, en los valles centrales y la sierra norte, está muy fuerte la lucha contra la minería.

¿Qué problemas ha implicado la energía eólica? 

—La primera gran irregularidad; es que ninguno de los proyectos que existen se instaló con el aval de las asambleas de comuneros o ejidatarios. La segunda es que las empresas españolas y europeas firmaron contratos de arrendamiento de los terrenos de manera directa con algunas personas; son contratos muy ventajosos para las empresas, pero carecen de legalidad.

En tercer lugar, con el paso del tiempo las torres y aerogeneradores han provocado  contaminación con químicos y aceites asociados a los procesos de construcción y mantenimiento. Además, una vez que firman el contrato, los campesinos no pueden entrar a sus propias tierras, lo cual tiene consecuencias culturales importantes, porque en Oaxaca todavía la siembra de maíz y otros cultivos básicos es para autoconsumo.

¿Cuál es el proyecto de generación eléctrica que más preocupa?

—El proyecto Paso de la Reina y el denominado Ixtayutla. Ambos son gestionados por la Comisión Federal de Electricidad y se han planteado sobre el río Verde, uno de los más importantes de Oaxaca que nace en los valles, cruza las montañas y desemboca en el océano Pacífico. Se trata de una cuenca muy importante, protegida por la Convención Internacional Ramsar de Protección a los Humedales.

Además, en la cuenca, viven de manera milenaria pueblos mixtecos y chapinos, que serían desplazados. El Concejo de Pueblos tiene presencia territorial en toda esa región, agrupa a más de 40 comunidades y estimamos que los proyectos podrían afectar a unos 100 mil habitantes.

Las comunidades tratan de frenar el proyecto Paso de la Reina en términos legales y ambientales, pero en realidad mantienen el control territorial y, además de protestas, han realizado bloqueos para evitar que la Comisión entre a hacer estudios u obras.



Se mantiene polémica sobre consulta del PH Diquís

El plazo de seis meses que la Sala Constitucional estableció para que se realice la consulta a las comunidades indígenas que se verán afectadas por la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Diquís, sigue siendo un punto polémica de la discusión, pues representantes de esas comunidades alegan que no cuentan con tiempo suficiente para informar y educar a la población al respecto.

Así lo explicó Jerry Rivera, del Frente de Defensa de los Derechos Indígenas Térrabas, quien reclamó que “si el Estado tiene el interés de hacer una consulta en un territorio indígena, no la puede realizar de la noche a la mañana o en seis meses como dijo la Sala IV, ya que requiere de un proceso enorme de información y educación y eso no se ha dado”.

Rivera participó en el encuentro “Compartiendo resistencia, autonomía y esperanza” y añadió que el pueblo indígena “no tiene que correr absolutamente en nada”, ya que —según dijo— de acuerdo con la legislación internacional, es “ilegal” lo determinado por la Sala IV.
Cabe recordar que en octubre del año pasado la Sala emitió esa disposición, en el “por tanto” de una resolución sobre una acción de inconstitucionalidad presentada por el Presidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Térraba, contra la declaratoria de interés nacional del proyecto. Ese plazo aún no corre, dado que no se ha emitido la totalidad de la sentencia.

“El Estado no ha cumplido con las legislaciones nacionales e internacionales, en términos de contar con el consentimiento de los pueblos indígenas”, insistió Rivera.

Añadió que es preciso contar con estudios independientes que aporten “información verídica” sobre el estado energético del país.
.

Entradas populares de este blog

Costa Rica. Empresa piñera Valle del Tarso, ubicada en Upala, denunciada por daños ambientales.

Comunicado de Prensa Empresa piñera Valle del Tarso, ubicada en Chimurria de Upala, denunciada por daños ambientales.  Denuncia presentada por la Coordinadora Norte Tierra y Libertad se suma a una serie de acciones de las comunidades para frenar los impactos de la agroindustria piñera. Costa Rica. Lunes 15 de mayo del 2017. La Coordinadora Norte Tierra y Libertad y la Asociación Ditsö denunciaron a la empresa Valle del Tarso Sociedad Anónima, con cédula de persona jurídica número 3-101-404295, con domicilio social en Upala, dedicada a la producción de piña para la exportación. Los daños denunciados son producto de las obras de preparación del terreno, la siembra y la producción de piña en la finca conocida como San Diego, ubicada en el barrio San Rafael de Chimurria, en el cantón de Upala. Desde noviembre del 2016, vecinos y vecinas de la localidad advirtieron que las obras de preparación de terreno ya estaban generando impactos ambientales debido a la tala de una cantidad

ACCIÓN URGENTE: Omisión del Estado de Costa Rica ante amenazas de muerte contra miembros de Ditsö

ACCIÓN URGENTE: Omisión por parte del Estado de Costa Rica ante amenazas de muerte, hostigamiento, difamación, incitación a hechos de violencia y apología del delito en contra de los defensores de derechos humanos Gustavo Oreamuno Vignet y Jeffery López Castro, miembros de la Asociación de Iniciativas Populares Ditsö AU-01/San José/Costa Rica/-04/03/2020 Carlos Alvarado Quesada Presidente de la República de Costa Rica Randall Otárola Viceministro de Diálogo Social Damaris Vargas Magistrada encargada de la Comisión de Acceso a la Justicia de los Pueblos Indígenas del Poder Judicial Michael Soto Rojas Ministro de Seguridad Pública Patricia Mora Castellanos Ministra de la Condición de la Mujer Álvaro Paniagua Director de la Oficina de Atención Especial de la Defensoría de los Habitantes de Costa Rica Alice Shackelford Coordinadora Residente de la ONU en Costa Rica Michelle Bachelet Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU Paulo Abrão Secreta

RECUENTO DE LOS HECHOS DE REPRESIÓN, 8 NOVIEMBRE, 2012 SAN JOSÉ, COSTA RICA MANIFESTACIÓN POR LA DEFENSA DE LA CAJA COSTARRICENSE DEL SEGURO SOCIAL

Hoy 8 de noviembre, a las 10  de la mañana. miles de personas salieron a las calles para manifestarse en una marcha que salió del Parque de la Merced en San José, con el motivo de defender la salud pública, la seguridad social, y para exigir el reestablecimiento de diversos servicios médicos en diferentes hospitales regionales del país.  En la marcha participaron hombres, mujeres, adultos mayores, niñas y niños de diversas regiones del país, la mayoría provenientes de zonas rurales. Participaron compañeras y compañeros de los Comités de Defensa de la Seguridad Social de Nicoya, Grecia, Sarchí, Cartago, San Ramón, Puntarenas y más comunidades. Así como  trabajadores y trabajadoras de la Caja Costarricense de Seguro Social (C.C.S.S.), exigiendo el restablecimiento de los servicios de emergencias y especialidades médicas del Hospital San Francisco de Asís de Grecia y del Hospital la Anexión de Nicoya. En las primeras horas de la manifestación, todo transcurrió en calma, aún no había p